OPERACIÓN DE VESÍCULA


 

Entro en mi carpeta de salud. Operación programada para el día 24 de octubre. Miro los últimos informes del hospital. Todos empiezan igual. Tiene un hijo. Vive sola. Relación disfuncional con sus padres. Múltiples ingresos en la Unidad de Agudos de Psiquiatría.

El último informe es de un cólico de la vesícula. El diagnóstico es diconfort torácico. Recuerdo que la médica me mandó a casa porque dijo que todo estaba en mi cabeza. Cada vez que me ha vuelto a dar un cólico me lo he tenido que aguantar.

El informe anterior, con alta bajo el diagnóstico de ansiedad, acompañado por la analítica y el electrocardiograma que dicen que me estaba dando una angina de pecho.

El informe del día en que mis pies se hincharon como botas y el médico al verme me dijo que tenía que estar en psiquiatría, y no allí. Un día después me dio una trombosis. Tuvieron que ingresarme. Me tuvieron atada de pies, manos y cintura todo el ingreso excepto si tenía alguna visita que me vigilara. 

Pienso en cómo ha sido la atención médica cada vez que me han tratado después de saber que tengo una enfermedad mental. En cómo me han hecho sentir. En cómo me han humillado. Me pregunto por qué los profesionales sanitarios hablan de la desestigmatización de este tipo de enfermedades, y son ellos mismos los que te discriminan en cuanto pones un pie en un centro de salud.

Me pregunto por qué mis informes cuentan toda mi historia psiquiátrica, pero no dicen nada sobre mi angina de pecho o sobre las tres trombosis.

Empiezo a ponerme nerviosa. 24 de octubre. Solamente quedan 12 días. Me alivia saber que me van a operar en Txagorritxu y no en Santiago. Txagorritxu tiene seguridad en las ventanas de todos los pisos. Puede que esta vez no haga falta atarme. Pero enseguida se rompe ese alivio recordando la vergüenza que tengo que pasar cuando me ponen para comer un filete de ternera con cuchara. “Los tenedores y los cuchillos te los puedes clavar”.

De repente tomo conciencia del terror que me provocan los hospitales. De todas las veces en las que estando atada he querido llamar al timbre de la enfermera, pero no llegaba. De todas las veces en las que me he acabado haciendo pis encima porque nadie acudía al escuchar mis gritos. De la tremenda sed y la imposibilidad de coger un vaso de agua.

Me viene a la cabeza la planta de psiquiatría. La sobremedicación, esa sensación horrible que te invade cuando notas que se te está cayendo la baba, o que no puedes caminar por el pasillo en línea recta, que vas chocando contra las paredes. Tu mente que piensa una cosa y tu cuerpo que no le responde. Las caídas al suelo. Los desmayos. Hay un informe en el que me tuvieron que hacer cuatro resonancias por las veces en las que me caí estampando mi nuca contra el suelo, pero a nadie se le ocurrió bajarme la medicación para que eso dejara de pasarme.

Y todas las noches en la cola de las pastillas, y pastillas en todas las comidas. Y abre la boca a ver si te las has tragado.

Tengo la vesícula de piedra de tanta medicina. Y duele. Duele mucho. Pero quizás compense aguantar el dolor por no tener que pasar otra vez por todo eso. No quiero pisar un hospital. No quiero comer filetes con cuchara. Y sobre todo no quiero que nadie me haga abrir la boca 14 veces al día para ver si me he tragado la pastilla.

Comentarios

  1. Que duro suena todo lo que cuentas, tanto que una operación a la vesícula no sería nada comparado con lo demás. En cuanto a los médicos, creo que yo que generalmente buscan el camino fácil para "solucionar" los problemas médicos del paciente.

    Un beso dulce.

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  2. Hoy me dejas pensativa con tu escrito, creo que tienes mucha razón el tema de tratar a los pacientes que sufren de alguna enfermedad mental , tanto qué se habla de ella y como dices ellos son los primeros en no tratarla como se debe.
    Solo te deseo que llegue pronto ese 24 de octubre y por fin te quiten los dolores , lo sé por mi marido que tuvo varios cólicos antes de operarle y fue malísimo a urgencias .
    No tengas miedo, eres más fuerte de lo que imaginas , verás como después estarás contenta de haberlo hecho.
    Cuidate mucho, piensa en ti y valorate todo porque lo vales. Un fuerte abrazo.

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  3. Cuando uno esta enfermo muchas veces te tratan como estúpida y que sobre exageras. Suerte con la operación. Te mando un beso.

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  4. Espero que tengas tantas oportunidades para sanar como necesites

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  5. Hola, Sanhoycal:
    Todo mi ánimo de cara a esa operación del día 24.
    Lamento esa situación de descuido asistencial que sufres. Esa desatención está muy practicada. Yo la sufro también. En mi caso, de problemas neurológicos y hepáticos crónicos.
    Un abrazo, Sanhoycal.

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  6. Hola Sanhoycal , sabes lo que están haciendo contigo no tienen nombre , y es para poner una denuncia y que esta gente se entere de una vez , a ti te pasa como a mi que no me gustan los hospitales , a mi me dejaron coja por un error de ellos y no han querido saber nada y más tonta yo por no denunciar en su día y ahora estoy en una lista negra de ellos , y eso que no soy una persona conflictiva.
    espero que tengas mucha suerte en tu operación y todo salga bien , lo deseo de todo corazón.
    Te deseo un feliz fin de semana , un abrazo de flor.

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  7. la frase "eso está en tu cabeza" es tan odiosa como la de "no interfiere en tu vida diaria". por muy médico que seas, quién eres tú para hacer esos juicios de valor??
    siento tus duras experiencias. luego se les llena la boca hablando de la sanidad pública, y los médicos emiten comunicados como si ellos fueran las víctimas.

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